Asistí, el pasado mes de septiembre, a la coronación canónica de la Virgen del Socorro. Fue, para mí, un acto único y de singular belleza. Y para la parroquia de Orgaz, que está en Toledo, un acontecimiento de gracia y bendición.
Religiosidad del pueblo
Yo no me dejo conquistar fácilmente por estos acontecimientos piadosos, que con frecuencia son fruto de la religiosidad popular, más que de una vivencia de fe. Pero en esta ocasión, esta manifestación religiosa del pueblo de Orgaz, pudo más que mis reticencias. Se lo cuento a la luz de esta primavera húmeda, florida y hermosa. Pero hay que remontarse, unos siglos atrás.