“La educación emocional no es un lujo, es una necesidad. Si queremos una sociedad más justa, debemos empezar por las emociones.” Rafael Bisquerra
En los últimos años, los problemas de conducta en el aula se han convertido en una de las principales preocupaciones de los profesores y de las familias. Actitudes disruptivas, falta de respeto, baja tolerancia a la frustración o comportamientos agresivos son situaciones cada vez más frecuentes que dificultan el proceso de enseñanza-aprendizaje y generan un clima escolar e incluso familiar tenso ya desde los primeros años. No se trata de un fenómeno aislado, sino de una realidad compleja que exige una respuesta coordinada entre centros educativos y familias.