La Biblia, ¡esa impresionante colección de libros, de textos escritos bajo la inspiración del Espíritu… más allá de las capacidades de cada uno de sus autores humanos…. La Palabra de Dios nos habla a través de esas palabras. No desperdiciemos la oportunidad de acoger ese gran e inagotable regalo.
¡Nos habla el Hijo de Dios!
Es la esencia, el núcleo, la fuente. Sin la Palabra de Dios estaríamos en las tinieblas, en la soledad, en el absurdo. La Palabra es Luz en el sendero, es fuente de agua en la sed, es energía en la debilidad.